El concierto de Eliane Elias en el Ellas Crean no fue uno más para la gran pianista brasileña. El hecho de que su actuación se enmarcara en un Festival dedicado a la mujer, y a su papel como creadora la llenó de emoción hasta el punto de que mostró su deseo de regresar en próximas ediciones para hablar de la situación de las mujeres en el mundo y de la lucha contra la igualdad.
No en vano, Elias acaba de participar el 8 de marzo en Nueva York en un concierto en el que se reivindicó el papel de la mujer en el universo del jazz, un entorno mayoritariamente masculino, que hasta los año 70 no empezó a hacer hueco a las mujeres instrumentistas.
Su propia historia es la historia de esa lucha: aún muy joven, Elias dejó su Brasil natal, donde lo había conseguido todo, para introducirse en el mundo jazzístico de Nueva York. Ayer lo recordó ella misma tras el concierto: pueden hacerse a la idea de la cara que ponían esos jazzmen curtidos en mil batallas cuando veían aparecer a aquella mujer sola, joven y atractiva, que solo podía hacerse camino con la ayuda de su piano y de su talento… Elias tuvo que demostrar el doble y luchar muy duramente para hacerse un hueco en los restrictivos círculos del hard-bop hasta convertirse en una de los suyos. Una experiencia que Elias quiere compartir para que las nuevas intérpretes del mundo del jazz lo tengan más fácil que su generación.
El mismo poderío del que ha hecho gala en su vida lo demostró ante el que llenaba hasta el último asiento del teatro Fernando de Rojas del Círculo de Bellas Artes. Los espectadores presenciaron un extraordinario concierto en el que la pianista y cantante brasileña demostró su dominio absoluto del piano y su talento para la interpretación vocalista. Acompañada por un grupo magnífico, con el guitarrita Grahan Dechter, el contrabajo Marc Johnson (miembro del trío de Bill Evans en la última etapa del mítico pianista) y el virtuoso batería Rafael Barata (autor de unos solos extraordinarios que enardecieron al público), Eliane Elias ofreció un concierto lleno de calidad musical y de calidez personal.
Acompañando sus interpretaciones con diálogos y guiños de complicidad con el público, Elias fue desgranando los temas de su último álbum de homenaje a Chet Baker junto a otros clásicos, sin olvidar la música brasileña, que interpreta como nadie. Por eso dejó para el final los clásicos más reconocibles de ese repertorio, desde el ‘Desafinado’ de Jobim, en una versión extraordinaria, a la ‘Chica de Ipanema’, otra pieza universal del propio Jobim y ese otro compositor inmortal que fue Vinicius de Moraes. Nombres y músicas gloriosas para cerrar un recorrido de hora y media que nos llevó de las playas de Rio al asfalto de Nueva York, a mayor gloria de las mujeres creadoras. ¡Obrigados!