María Mezcle

Con gran éxito, Ellas Crean escenificó anoche, en Galileo Galilei, el espectáculo transcultural «De Jalisco a Cádiz».


Anoche, en la sala Galileo Galilei, tuvo lugar el concierto más significativo del apartado flamenco de esta décimo quinta edición de Ellas Crean. En la escena se citaron, en dos presentaciones individualizadas, la guitarrista mexicana Andrea Salcedo y la cantaora de Sanlúcar María Mezcle. Esta doble sesión es la que da fundamento al espectáculo «De Jalisco a Cádiz», que pretende dar a conocer cómo es de perfecto, aunque sus geografías de origen sean tan diferentes, el entendimiento entre ambas intérpretes.

 

Andrea Salcedo

La asombrosa guitarra de Andrea Salcedo

Y realmente se vieron cumplidas sobradamente las expectativas que el anuncio había generado en un público que trascendía, con creces, el habitual que tienen los espectáculos flamencos. La guitarra de Andrea Salcedo, en la primera parte, es prodigiosa en varios aspectos. Entre ellos, su sonoridad jonda en los estilos más solemnes del flamenco, o el virtuosismo que ofrece en sus aproximaciones a las bulerías y la imaginación tan peculiar que derrocha en la estructuración de cada una de las composiciones.

Asombrosa intérprete, es admirable su habilidad para saltarse un compás originando un silencio, y enseguida volver a retomar el ritmo en otra tonalidad, así como la intensidad de ejecución para ligar arpegios y rasgueos. Todos son detalles de dominio y creatividad que, sin duda, aprendió en el tiempo que compartió estudiando guitarra flamenca con Pepe Habichuela y Manolo Sanlúcar. Su visita a Madrid, truncada hace dos años por las injustas leyes de Donald Trump, por fin se hizo realidad en Ellas Crean. Entre el público, arropando a la mexicana, mujeres que también tocan la guitarra flamenca procedentes de diferentes países, demostrando la universalidad de este arte y la ruptura cada vez mayor de los estereotipos y el avance de las mujeres en el flamenco.


El temperamento interpretativo de María Mezcle

María Mezcle, por su parte, desplegó en su cante una gama grande de temas, gracias a la acumulación de falsetas muy peculiares. Le acompañaba a la guitarra Yeray Cortés, que hizo gala de gran sabiduría y sutileza, muy armónico su toque, en cuantos cantes secundó. Sonaron fandangos, malagueñas, tangos, cantiñas y bulerías, estilos todos que María cuidó con esmero, poniendo de relieve su mejor cualidad: un temperamento y una garra que prodiga a raudales. En ello radica su capacidad para llegar a los públicos.

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