Los poetas nunca han sentido vergüenza de reconocer sus deudas literarias. Son conscientes de que el arte de la poesía requiere, para elevarse, sólidos cimientos desde los que hacerlo.

La colección eMe (escritura de Mujeres en español), cuya presentación tuvo lugar ayer miércoles en el Centro Conde Duque, hace suya la virtud de la humildad que constituye a su vez una muestra de inteligencia y plantea la edición de obras de mujeres poetas contemporáneas pero pertenecientes a distintas generaciones: Noni Venegas, Luz Pichel, Cynta Montagut e Isel Rivero nos regalaron la lectura de  sus poemas, intercaladas con Mª Antonia Ortega, Marifé Santiago; y las más jóvenes:  Pilar Martín Gila y Yaiza Martínez.

Este encadenamiento generacional con el que discurrió el acto no tuvo nada de casual: Nuria Ruiz Viñaspre, editora de esta colección y también poeta, nos explicó sus razones, en una brillantísima y sabia introducción que tuvo por objeto descubrirnos la enorme importancia de convertirse en testigo poético y poder así dar testimonio frente al olvido, muy especialmente en el caso de la literatura femenina, que empieza a cobrar una cierta difusión o visibilidad precisamente gracias a ese “testificar”, asegurar que algo existe, nombrar a los seres y cargar con la herencia no como un peso, sino como un regalo y también como una responsabilidad.

Las poetas de la colección eMe son eslabones de una cadena que ni nos oprime ni nos encorseta; ni nos inmoviliza ni nos esclaviza. Es la cadena del recuerdo, de la historia, de lo visible, de las mujeres que se niegan a ser enterradas con sus versos.

CALENDARIO
ellas crean 2023
tweets en ‎@EllasCrean