Conocer el mundo es nombrar las cosas, descifrarlas, transmitirlas a través de nuestra lengua. La pretenciosa aventura que emprendió María Moliner fue la de inventar un diccionario de uso tremendamente novedoso que no solo sirviera para fijar las palabras sino que las dotara del dinamismo de la propia comunicación, en fin, del tempo de la vida. Así nos lo transmite el documental dirigido por Vicky Calavia: “María Moliner. Tendiendo las palabras”, que se estrenó ayer jueves en el Centro Cultural Conde Duque dentro del festival Ellas Crean.

Durante la proyección, asistimos a un recorrido por la biografía y la trayectoria profesional de la lexicógrafa a través de las reflexiones de varios académicos de la Lengua, escritores, profesores y de su propia hija, intercalados con abundantes testimonios gráficos que nos descubren facetas menos conocidas de Doña María: su implicación en las Misiones Pedagógicas, su participación en la Institución Libre de Enseñanza, su proyecto para la organización de la Red General de Bibliotecas durante la II República… Depurada por la dictadura franquista y prácticamente apartada de la función pública, María Moliner busca un subterfugio para continuar su compromiso y, tras quince años de metódica ejecución, ve la luz su diccionario, instrumento de combate que ayude no solo a comprender mensajes ajenos, sino también a expresar ideas propias; que, devuelva, en definitiva, las palabras a sus dueños, que somos todos y no unos pocos.