Tiene arte y talento mucho más allá de sus apellidos. Lo ha demostrado solita y en distintos mundos creativos, desde la moda a la canción. Precisamente es en la música donde dice estar más cómoda, más natural,  más ella… más Sophie Auster. La hija de Siri Hustvedt y Paul Auster llenó el Auditorio Conde Duque para estrenar las nuevas canciones del que será su nuevo disco, “Next time”, y para compartir con Ellas Crean todos los valores que defiende este festival y que ella resume en una palabra: igualdad. Una igualdad, que al final, también se distingue desde lo singular.

Arrancó con un tema que era toda una declaración de intenciones, “On My way”, pues camino personal es el que ha emprendido desde hace tiempo, orgullosa de sus apellidos, sí, pero ella solita, se insiste. Tiene una presencia que es pura elegancia y estilo, y una voz valiosa con muchos matices, sedante en el susurro, lacerante en los tonos agudos. Nadie se lo puede discutir: Sophie Auster sabe cantar y de qué manera.

Luego también es compositora y guitarrista, quedándose a mitad del concierto sola para brindarnos “Tom Collins”. Al guitarrista le pidió cambiar el instrumento por el banjo y así encarar sonidos mestizos y fronterizos culminaría con ese tema de título revelador que es “México”, con el público ya entregado. Luego llegaron otros títulos con distintos aromas de un pop inteligente e híbrido, hasta desembocar en “Broken Glass”, un tema chispeante con la mejor herencia del soul-funk… eso sí, siempre delicado, elegante.

La fiesta se remató con los dos regalos finales, dos temas que son banderas musicales ya en su repertorio, “AKA” y “Bad Manners”; y lo hizo con naturalidad, generosidad y humildad… Y una manera de distinguirse sin echar mano de artificios, sin trampas, sin atajos. Sabe lo que quiere y lo hace; sólo reclama lo que es suyo, como las mujeres que están pasando por este festival que ya encara su recta final.

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